viernes, 25 de enero de 2008

El gas natural, la energía del siglo XXI.

El gas natural es el combustible fósil más respetuoso con el medio ambiente, ya que es el que tiene menos contenido de dióxido de carbono y el que produce menos emisiones a la atmósfera. Esta característica le permite contribuir a la disminución del efecto invernadero.
A todo ello hay que añadir su versatilidad, ya que el gas natural se puede emplear en el hogar, en el comercio y en la industria. Las nuevas aplicaciones de esta energía, como la cogeneración, la generación eléctrica con ciclos combinados y su uso como combustible para vehículos, están impulsando el consumo del gas natural, que está llamada a ser la energía del siglo XXI.
De este modo, el gas natural es la solución idónea al cambio climático que padece nuestro planeta y la única energía que puede hacer compatible el progreso económico e industrial con la preservación del medio ambiente.
El gas natural es un combustible más limpio que el carbón y el petróleo, ya que en su combustión produce de un 40 a un 45% menos dióxido de carbono que el carbón, y entre un 20 y un 30% menos que los productos derivados del petróleo. Otra de las características de esta energía es que no emite partículas sólidas ni cenizas en su combustión, y las emisiones de óxidos de nitrógeno son inferiores a las del carbón y los productos petrolíferos. Asimismo, las emisiones de dióxido de azufre son prácticamente nulas. Así se reconoce en los países con reglamentaciones estrictas para proteger el medio ambiente, donde el consumo de gas natural está creciendo en aplicaciones en las que se reduce la contaminación.
El gas natural se encuentra en el subsuelo y procede de la descomposición de materia orgánica atrapada entre estratos rocosos. Es un producto incoloro e inodoro, no tóxico y más ligero que el aire, y se consume tal y como se extrae de la tierra.
Las reservas de gas natural aumentan continuamente. Periódicamente se descubren nuevos yacimientos y las técnicas de extracción permiten perforar cada vez a mayores profundidades.
Según el Anuario Gas 2006 de Sedigas, las reservas probadas de gas natural se sitúan alrededor de 182 billones de m3, siguiendo una trayectoria ascendente. Esta cifra es un 17% superior que la reconocida en el 2000 y un 90% mayor que la de hace 20 años.
Las principales reservas de gas natural están localizadas en Oriente Medio (41%) y la Europa Oriental (31,7%), donde destaca la Federación Rusa, que cuenta con un 80% de las reservas de esta área. Junto con los países de la antigua URSS, Irán y Qatar son los países que poseen mayores reservas de gas del mundo. La Europa de la OCDE posee el 3,5% de las reservas mundiales.
Sedigas considera que las reservas conocidas y comercialmente explotables que hay actualmente en el planeta permitirán hacer frente a la demanda de gas natural durante más de 64 años.
Según el informe anual de Eurogas 2002-2003, la demanda de gas natural en Europa pasará de 343 Bcm en 2002 a 489 Bcm en 2020.
En España, el Ministerio de Economía, en su "Planificación y desarrollo de las redes de transporte eléctrico y gasista 2002-2011", prevé que la demanda de gas natural se multiplique por 2,2 en 2011, hasta alcanzar los 44 Bcm.

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